Vente sin cita
Una silla frente a la otra, la persona frente a la persona. Un tú a tú sereno, que nada esconde. Un momento precedido por un: “tú vente sin cita, en la consulta dieciséis te espero”. Porque para lo importante no hay horas, ni colas ni esperas. La radiografía desveló lo que los síntomas quisieron gritar a voces y no supieron. Y una mano firme que se ofrece a vencer el temblor del miedo a sufrir participa de la conversación. Te llamarán en cuarenta y ocho horas. Silencio. Si ocurre algo, si lo necesitas, vente sin cita.